Lo debí haber visto venir. Poco después del derrocamiento de la Corporación Umbrella, sus armas biológicas cayeron en manos terroristas. Una nueva era de bioterrorismo se cernió sobre los países más vulnerables. Lo que puso en peligro el equilibrio de los poderes de esas regiones. Los habitantes de las zonas desestabilizadas temieron que sucediese otro incidente como el de Ciudad Raccoon, fuera inevitable.
En medio del pánico, los gobiernos del mundo recurrieron al Consorcio Farmacéutico Mundial, que creó la unidad antiterrorista llamada B.S.A.A. Los operativos de la B.S.A.A. recibieron la misión de infiltrarse en las bases bioterroristas, neutralizarlos y restablecer la seguridad y estabilidad en varias regiones del Planeta.
Sin embargo, las víctimas continúan aumentando con los años que voy luchando. Más y más me encuentro preguntándome. Si vale la pena pelear por todo esto. Quizá algún día lo descubriré.
Lo humano ha desaparecido. Una infección de demencia será lo que percibirás cuando estés ahí. Sin importar a dónde mires lo único que verás será muerte, ahí dónde todo comenzó.
El derecho de jugar a ser Dios, sólo alguien verdaderamente capaz de ser el elegido. Merecerá ese Derecho.
Mientras los conspiradores permanecerán en las sombras para lograr sus objetivos. La contaminación, la creación y sobretodo, la evolución. Emergiendo de lo más profundo del terror serás el espectador de nuevas especies dónde los límites de la luz y la oscuridad se cruzarán.
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